Educar con sentido

Este es un espacio para explorar y aprender sobre los aspectos clave de la crianza. Aquí voy recogiendo una especie de guías prácticas y reflexiones inspiradas en mi experiencia y en la sabiduría de gente como Nacho Calderón, María Montessori y de Jean Piaget famoso por sus estudios de la infancia y por su maravillosa teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia. Encontrarás temas como el respeto y la formación de normas, la orientación sexual, la autoestima, el uso del tiempo libre y la educación financiera. Todo pensado para los pequeños de 0 a 10 años. Nuestro objetivo es proporcionarte herramientas para enriquecer la relación con tus hijos y ayudarles a crecer de forma saludable y equilibrada.

By Alfredo Herrera

El respeto.

La base de cualquier interacción humana es el respeto. Enseñar a nuestros hijos a respetar a los demás y a sí mismos es uno de los regalos más valiosos que podemos ofrecerles. El respeto implica considerar los sentimientos y derechos de los demás y tratar a las personas con la misma amabilidad y consideración que esperamos de ellas. El respeto también implica respeto por uno mismo: entender que nuestros propios sentimientos, pensamientos y necesidades son valiosos y merecen ser atendidos.

Desde que son muy pequeños, los niños son capaces de comprender la idea del respeto. Esto se puede enseñar en la vida diaria, como respetar las posesiones y los espacios personales de los demás, o no interrumpir cuando alguien está hablando. Los niños aprenden mejor por la experiencia y la imitación, por lo que es esencial que nosotros, como padres, les mostremos cómo se ve y se siente el respeto en acción.

Más allá del respeto interpersonal, también es importante enseñar a nuestros hijos a respetar su entorno, incluyendo a los animales y el medio ambiente. Esto puede incluir cuidar de las mascotas, recoger la basura y no dañar las plantas. Estas experiencias prácticas no sólo enseñan a los niños a respetar el mundo que les rodea, sino que también les ayudan a entender su papel y su responsabilidad como miembros de una comunidad más amplia.

Finalmente, el respeto también incluye la tolerancia y la aceptación de las diferencias. Esto implica enseñar a nuestros hijos que todas las personas son valiosas y merecen ser tratadas con respeto, independientemente de su raza, religión, orientación sexual, habilidades o apariencia física.

Los niños mostrando respeto a los demás
Los niños mostrando respeto a los demás

By Alfredo Herrera

Las normas.

Las normas y los límites son esenciales para el desarrollo y la educación de un niño. Proporcionan un sentido de orden y seguridad, y ayudan a los niños a entender qué se espera de ellos y cómo interactuar de manera adecuada con los demás.

Establecer normas claras y coherentes puede ayudar a evitar conflictos y malentendidos. Estas reglas pueden referirse a una variedad de comportamientos, como la forma en que los miembros de la familia se tratan entre sí, cómo cuidar las pertenencias propias y ajenas, o qué comportamientos son apropiados en diferentes contextos.

Es importante que las normas sean adecuadas para la edad y la etapa de desarrollo del niño. Por ejemplo, un niño pequeño puede tener reglas sobre no correr en la casa, mientras que un adolescente puede tener normas sobre la hora de llegar a casa por la noche.

Además de establecer normas, también es esencial explicar a los niños por qué estas reglas existen y cuáles serán las consecuencias si no se siguen. Esto ayuda a los niños a entender que las normas no son arbitrarias, sino que están diseñadas para su seguridad y bienestar, y para el buen funcionamiento de la familia y la sociedad.

Las normas también deben ser flexibles y estar sujetas a revisión a medida que los niños crecen y cambian. Con el tiempo, los niños pueden participar cada vez más en el proceso de establecimiento y revisión de las normas, lo que les ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad y autonomía.

By Alfredo Herrera

La sexualidad.

La educación sexual es una parte esencial de la crianza de los hijos, incluso desde los primeros años de vida. Esta debe ser una conversación abierta y continua, en lugar de una "charla" única. Para los niños pequeños, la educación sexual puede comenzar con la enseñanza de los nombres correctos de las partes del cuerpo y la comprensión de que ciertas áreas son privadas. También puede incluir discusiones sobre el consentimiento y la importancia de decir "no" cuando alguien les toca de una manera que les hace sentir incómodos.

A medida que los niños crecen, estas conversaciones pueden evolucionar hacia temas más complejos, como la pubertad, la reproducción, las relaciones y el amor. El objetivo de la educación sexual no es sólo proporcionar información, sino también fomentar una actitud positiva y saludable hacia la sexualidad.

Es importante tener en cuenta que cada niño es único y puede tener preguntas o preocupaciones diferentes. Como padres, debemos estar dispuestos a escuchar y a proporcionar respuestas honestas y apropiadas para su edad. Además, es crucial transmitir que la sexualidad es un tema del que se puede hablar abierta y respetuosamente, y que siempre pueden acudir a nosotros con sus preguntas o preocupaciones.

By Alfredo Herrera

La autoestima.

La autoestima es la valoración, percepción y apreciación que uno tiene de sí mismo. Tener una autoestima saludable es fundamental para la salud mental y el bienestar general de nuestros hijos.

Desde temprana edad, podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar una autoestima saludable a través del amor incondicional, el refuerzo positivo, y el establecimiento de expectativas realistas y alcanzables. Los niños con alta autoestima tienen más probabilidades de tomar riesgos saludables, aceptar desafíos y perseguir sus pasiones.

Es importante reconocer y celebrar los éxitos de nuestros hijos, pero también es fundamental enseñarles que está bien cometer errores. Los errores son oportunidades de aprendizaje y crecimiento, no son reflejos de su valor como personas.

También podemos fomentar la autoestima de nuestros hijos permitiéndoles tomar decisiones apropiadas para su edad, lo que les ayuda a sentirse competentes y capaces. Asegurarles que son amados y valorados por lo que son, y no por lo que hacen, también es fundamental para desarrollar una autoestima saludable.

By Alfredo Herrera

El tiempo libre.

El tiempo libre es esencial para el desarrollo físico, emocional y social de los niños. Proporciona oportunidades para explorar intereses, desarrollar habilidades, construir relaciones y simplemente disfrutar de la infancia.

El tiempo libre no significa necesariamente que los niños tengan que estar constantemente ocupados con actividades estructuradas. De hecho, el tiempo no estructurado puede ser especialmente beneficioso, ya que fomenta la creatividad, la resolución de problemas y la independencia.

Pero también es importante equilibrar el tiempo libre con algunas actividades estructuradas que puedan ayudar a los niños a desarrollar habilidades y pasiones específicas. La clave está en encontrar el equilibrio adecuado entre las actividades guiadas y el tiempo libre para el juego y la exploración autónoma.

Al igual que los adultos, los niños también necesitan tiempo para relajarse y recargarse. Fomentar el tiempo de inactividad tranquilo puede ayudar a los niños a aprender a manejar el estrés y a cuidar su bienestar mental.

By Alfredo Herrera

El dinero.

No sé si les ha pasado en vuestra infancia, pero el tema dinero era tan tabú como la sexualidad, simplemente hablar de dinero era cosa de adultos...

Enseñar a los niños sobre el dinero desde una edad temprana puede ayudarles a desarrollar habilidades financieras saludables que les serán útiles a lo largo de su vida.

Podemos comenzar hablando sobre los conceptos básicos del dinero: dónde viene, cómo se gana, y la diferencia entre necesidades y deseos. A medida que los niños crecen, estas conversaciones pueden evolucionar para incluir temas como el ahorro, el presupuesto y la generosidad.

Es necesario dar a los niños la oportunidad de practicar la gestión del dinero en situaciones de la vida real.

Podemos hacer esto dándoles una asignación y permitiéndoles tomar decisiones sobre cómo ganar, gastar, ahorrar, invertir o donar su dinero. A través de estas experiencias, los niños pueden aprender valiosas lecciones sobre la toma de decisiones, la responsabilidad y el valor del dinero.

Finalmente, es importante recordar que como padres, somos los primeros y más influyentes modelos de comportamiento financiero para nuestros hijos. Nuestros hábitos y actitudes hacia el dinero pueden tener un impacto significativo en cómo nuestros hijos gestionan sus propias finanzas en el futuro.