Baños y Risas: Nuestro Momento del Día
"Una conexión única llena de momentos auténticos que se crean entre risas y burbujas al final de cada día." En este relato, te invito a sumergirte en los momentos especiales que vivo con Hugo durante el baño, un espacio donde las risas y las conversaciones fluyen tan libremente como el agua. Descubre cómo estos instantes se han convertido en una oportunidad para conectar, reflexionar y aprender juntos.
CONFESIONESAPRENDIZAJE


Desde sus primeros días de vida, he tenido el placer de bañar a Hugo. Al principio, lo hacía en su pequeña bañerita, pero muy pronto, debido a su tamaño, pasé a bañarlo sobre mi regazo, juntos en la bañera. Aunque ya no cabe en mi regazo, continuamos compartiendo este momento casi todos los días, creando un espacio único de conexión y alegría.
Hugo adora reírse, y yo me deleito en su risa. Dedico ese espacio del baño para hacerle reír y para que me cuente qué ha hecho en el día, qué ha sido lo que más le ha gustado y lo que menos. También le pregunto cada día qué ha aprendido, y a veces me responde con una de esas frases que terminan en risa: “Papá, que hoy no tengo ganas de contarte mi vida.”
Este ritual diario me ha hecho reflexionar sobre la importancia de la conexión y las rutinas en la vida de un niño. Esos momentos de risas y conversaciones en el baño se han convertido en una oportunidad invaluable para fortalecer nuestro vínculo y para entender mejor los pensamientos y sentimientos de Hugo.
La lección aprendida aquí es que los momentos más sencillos y cotidianos pueden convertirse en los más significativos. Estos instantes de conexión diaria son los que construyen una relación sólida y amorosa, los que permiten conocerse mutuamente en un nivel más profundo y los que crean recuerdos imborrables.
En conclusión, los baños y risas compartidos con Hugo han sido más que simples rutinas diarias. Han sido momentos de aprendizaje, de conexión y de amor incondicional. Han sido oportunidades para ver el mundo a través de sus ojos y para redescubrir la alegría en las pequeñas cosas de la vida.
Hugo, con sus 3 añitos y nueve meses, ya mide 107 cms. Su risa contagiosa y su sonrisa preciosa llenan nuestros baños de alegría y amor. Le encanta jugar con la espuma, chapotear en el agua y ya empieza a bañarse solito pero eso si, tiene que ser conmigo en la ducha, si no no hay manera que entre.
¿Y tú, tienes algún ritual diario especial con tus hijos? ¿Cómo aprovechas esos momentos para conectar y aprender juntos? ¡Me encantaría leer tus experiencias y reflexiones en los comentarios!
¡Hasta la próxima historia!
